Spectral Lore – Ετερόφωτος
Yo, el cosmos y los otros
Hace unos meses Spectral Lore y Mare Cognitum nos deleitaron con su disco Wanderers: Astrology Of The Nine una vastísima obra en la que ambos proyectos conjugaban a la perfección sus diferentes estilos para ofrecernos un álbum del que soy ferviente admirador.
Mare Cognitum ya presentó su siguiente trabajo su Solar Paroxysm, en el que se advertía la influencia que el split había tenido sobre su proceso creativo. Es ahora el turno de Spectral Lore para enmarañarnos en otra laberíntica y colosal obra llamada Ετερόφωτος. Según el propio autor, a pesar de ubicarse cronológicamente tras III (2014) y Wanderers (2020), la continuación conceptual y musical de Sentinel (2012).
Aunque no existe para éste término una traducción directa en nuestro idioma, viene a significar algo así como “aquel cuya luz proviene de otros”. Esta denominación comparte la naturaleza críptica y trascendental de la música de Ayloss, que en esta ocasión llama a la rebeldía desde la lucha interior. Una exhaustiva revisión de nuestro Yo cuya misión es comprenderlo al tiempo que superarlo, encontrando su origen, su fuerza y su luz más allá de sí mismo. Resulta paradójico que esta premisa tan etimológicamente radical, cuyo mensaje es esencialmente positivo, encuentre como vehículo de transmisión tan caótica, agresiva y compleja maraña musical.
El brutal inicio de “Ατραπός” abre el disco abruptamente. La batería percute sin piedad con precisión matemática que fluye en favor de una sensación de pura entropía. Los guturales abisales, que parecen pronunciar frases de manera aleatoria, contribuyen a esta tormenta perfecta, en la que las melodías de guitarras encuentran algunas melodías entre la maraña de riffs que ayudan a dar forma al intenso comienzo del álbum. A medida que avanzan los segundos, encontramos cambios de ritmo, pausas y pasajes atmosféricos que, paradójicamente, aportan cierta coherencia y ayudan a romper la continuidad del estilo. No obstante, la estructura es caótica y, en cierto modo, alude al espíritu libre del jazz. Sin bloques diferenciados, sin estrofas ni estribillos, continuando un desarrollo que vira en distintas direcciones, pero avanzado de manera aparentemente lineal.
“The Golden Armor” e “Initiation Into The Mystery” se ubican en latitudes similares. Inicios abruptos, cambios de ritmo y composiciones complejas lejos de las fórmulas canónicas, cuyo final in decrescendo nos prepara para una cierta sorpresa. “The Sorcerer Above The Clouds” supone el primer cambio estilístico significativo. Acompañando a la batería ya la voz, que realizan un desempeño similar a los anteriores, la guitarra se pone una máscara melódica que, durante los primeros instantes, recuerda a las cadencias rítmicas del heavy metal (me permito deslizar que escucho algo de la original mezcolanza de Rebel Wizard). Aunque la pista no supone un cambio muy brusco, sí que permite introducir elementos de refresco que se sacuden el peligro de caer en la monotonía, añadiendo un punto épico que resulta llamativo y refrescante.
Lejos de acomodarse aprovechando la inercia, “Apocalypse” vuelve a sorprender alejándose de la senda. Lo que parece un inicio de doom drone, con unas voces lejanas casi ritualistas, avanza in crescendo hacia una tema profundamente atmosférico, con un halo más etéreo que vuelve a romper con la rocosidad del primer tercio de álbum.
“Ετερόφωτος” regresa, precisamente, al primer tercio de álbum, con la excepción de dejar más protagonismo para unos punteos en los que se advierte la influencia de la música tradicional griega, que anteriormente habían aparecido de manera más discreta y puntual. Su energía y potencia se ve favorecida por el cambio de estilo previo, que permite regresar a la propuesta inicial con el mismo nivel de atención que en los primeros segundos.
Como puntualización puramente subjetiva, considero que el orden de aparición de “The Sorcerer Above The Clouds” y “Apocalypse” y el carácter disruptivo dentro de la estructura del álbum, habría tenido mayor impacto si su orden hubiera sido inverso.
Toda consideración palidece, no obstante, ante el impacto que produce “Terean”. Sus 19 minutos se yerguen en el horizonte desde que comienza la escucha del álbum y, a medida que éste avanza, crece la curiosidad por saber cómo se resuelve una pista de semejante tamaño. Llegado el momento asistimos con sorpresa a un recorrido que, entre el ambient y el drone, quiebra por completo la continuidad estilística previa. Unos etéreos sintetizadores acompañados por una sutil percusión dibujan una textura cósmica y abisal. Su monstruosa longitud podría ponerle, por si sólo, en la categoría de EP que los amantes de estos géneros recibirán sin duda con gozo.
A decir verdad se trata de una apuesta arriesgada y, a día de hoy, me ha ayudado a desprenderme de los análisis que pretenden establecer lo que está bien y lo que está mal. En el arte es una tarea infructuosa, pero además antinatural. Es una elección que gustará a unos y disgustará a otros, pero forma parte de su naturaleza y, en cierto modo, ayuda a completar la imagen de este coloso sonoro.
Ετερόφωτος tiene una dimensión gargantuesca. En Ateneo Oculto somos acólitos de la disrupción. Disfrutamos de las fórmulas que subvierte las normas musicales tanto como las sociales, pero no podemos negar que ésta no es una propuesta accesible a todo el mundo. Se trata de una obra abstracta, exigente en lo musical y consuntiva en su abrasadora propuesta introspectiva. Completar su viaje es una aventura, intensa y reconfortante para quien gusta de los desafíos que propone. Se podrían escribir análisis mucho más completos, largos y sesudos que éste, pero Ετερόφωτος es fruto del inmesurable talento y creatividad de Ayloss, que ya nos tiene acostumbrados a estas epopeyas musicales.
No importa si estás de acuerdo con estas palabras, ni siquiera importa si has leído o no este artículo. Lo verdaderamente correcto es dedicar 70 minutos de tu ajetreada vida a este gran laberinto musical cuyo horizonte es inabarcable. Lo que interpretes, lo que sientas, lo que pienses, queda entre tú y el universo.