Feminazgûl – No dawn for men

Es un hecho indudable que el metal y la música “oscura” en general, adolece históricamente de una tolerancia a la intolerancia que provocaría el sonrojo del mismo Karl Popper. La frivolidad con que se banaliza la presencia de bandas que utilizan la música como una metáfora de discursos de odio es muy preocupante. También lo es la ligereza con la que se ignora el hecho de que hay artistas que, aunque sus bandas no tengan un contenido político o ideológico, sean abiertamente fascistas, homófobos o racistas, por el simple hecho de que hacen buena música y se prefiere  pasar por alto la realidad que renuncia a subvencionar a personajes de semejante calaña.

Afortunadamente en los últimos años la tendencia parece estar cambiando. Cada día es más habitual la acción en contra de eventos que alberguen a bandas de este tipo, y el debate que pone en duda el apoyo a las que cuentan entre sus filas con artistas de ideología de extrema derecha o que tienen conexión directa con sus círculos, está sobre la mesa. También aumenta exponencialmente quienes se posicionan claramente contra el fascismo y todas las variantes del pensamiento reaccionario.

Feminazgûl nace con un clara vocación feminista y antifascista. Desde Asheville, en el estado sureño de Carolina del Norte, el dúo formado por Margaret Killjoy y Laura Beach aborda estos temas utilizando la obra de Tolkien a modo de alegoría.

Hasta ahora habíamos encontrado obras que hacían una retórica política que solía representarse en forma de denuncia social. Ahora bandas como la banda internacional Castrator, la conexión Túnez-Sudáfrica de Testosteruins o las propias Feminazgûl abordan esta problemática no tanto desde una perspectiva reivindicativa sino desde el gore, la violencia explícita y demás simbolismo extremo propios de estilos como el death metal, el black metal o el grindcore.

Antes de pasar a la parte puramente musical, me permito aclarar que no voy a invertir ni una sola línea de este artículo en defender la legitimidad de este lenguaje. Si disfrutas con la brutalidad ficticia de “Fucked with a knife”, no tienes problemas en discernir la violencia de la realidad escuchando Christ raping black metal o las conexiones de los miembros de Mgla con la ultraderecha y el nazismo te parecen una nimiedad, pero No dawn for men te hace fruncir el ceño en una mueca de desaprobación, tienes un problema.

 

Volviendo al tema que nos ocupa, desde los primeros instantes, en los que un acordeón acompañado del canto de unas aves abre el disco, se aprecia que Feminazgûl apuesta por cimentar su sonido en la construcción de atmósferas y texturas. “Illa, mother of death” despliega un atmospheric black metal que mantiene una sepulcral cadencia a medio tiempo en la que la voz la voz de Laura aparece cavernosa y lejana, escoltada por una correosa guitarra que arrastra las notas por el fango y una batería que, sin gozar de un volumen alto, suena en un tono gravísimo, retumbando desde el fondo como un tambor de guerra.

A partir de “I pity the immortal” se acelera el ritmo hasta alcanzar cotas acordes con un black metal más tradicional, si bien nunca se deja de lado la ambientación en la que se sitúan las composiciones. Resulta excepcional la perfección con la que se han engarzado el acordeón, el violín y los teclados. Integrar elementos que generan melodías muy armoniosas en un conjunto tan distorsionado es una tarea difícil y la naturalidad y fluidez con la que se ha conseguido muestra un talento compositivo, así como una mejora sustancial en cuanto a la producción.

Los dos últimos temas “To the throat” e “In the shadows of dead gods”, que pertenecían a un EP anterior y han sido regrabadas para incluirlas en este trabajo, son la mejor muestra del salto cualitativo. La voz de Laura suena menos escondida entre los instrumentos y, a pesar de mantener un sonido oscuro y embarrado, se aprecian todos los detalles, samplers y arreglos adicionales como los coros que aparecen en “The rot in the field is holy” o el épico teclado en “Bury the antlers with the stag” y la mencionada “To the throat”.

Esta producción exquisita, el equilibrio entre armonía y disonancia y unas composiciones que, siendo reconocibles dentro de un black metal más o menos ortodoxo, consiguen desarrollar una personalidad única, son sin duda las claves que hacen de este No Dawn for Men un disco de referencia con el que antifascistas y feministas pueden sentirse reconocidas y devolver en forma de música un poco de la violencia que el mundo ha vertido históricamente contra ellas.

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