Fluisteraars – Bloem

Floración entre alaridos.

Puede que para muchos éste sea el primer contacto con Fluisteraars, no obstante se trata de una banda muy experimentada. Activos desde 2009  , el trio holandés cuenta entre sus filas con Mink Knoops, alma mater de numerosos proyectos como Nusquama, Knoest, Bong breaker y Solar Temple y Bob Mollema (ex-Mondvolland). Adicionalmente cuentan con la colaboración de T. Chochrane a la trompeta.

El black metal atmosférico suele construirse sobre composiciones extensas, con muchos pasajes pausados y ambientales. Recrear una sensación a través de texturas musicales es una tarea compleja, pudiendo suceder que esas partes se alarguen demasiado, lo que perjudica seriamente el objetivo de sumergir al oyente en un estado de atención que le permita experimentar vívidamente lo que se quiere transmitir.

Observando la florida y colorida portada del álbum, cabría esperar un ejemplo de ello, con grandes dosis de post-black metal lánguido, pero Bloem sorprende por su carácter directo. No obstante, esta aproximación más concisa no debe llevar a engaño. En poco más de media hora, este dúo es capaz de articular todos los elementos habituales en un disco del género, e incluso algunos más. Timbales, panderetas, trompetas, saxofón, piano y algún toque electrónico son algunos de ellos. A pesar de esta gran variedad sorprende que en ningún momento parece tratarse de un trabajo sinfónico, experimental o vanguardista (en el sentido en el que hoy entendemos el avantgarde metal). Muy al contrario están mezclados en integrados con elegancia y sobriedad, aumentando la profundidad y complejidad de la música que sólo en ocasiones puntuales busca protagonismo.

Está versatilidad a la hora de recurrir a un elenco de recursos variados es una de las piezas fundamentales de esta composición, pero es el contraste que ejerce con otra de sus claves lo que realmente amplifica su poderosa capacidad de transmisión de emociones.

Fluisteraars realiza toda una clase maestra del uso de la repetición. Es fácil caer en el exceso que lleva inevitablemente al tedio cuando se utiliza ese recurso. Una estructura demasiado simple o una longitud demasiado extensa puede provocar que una pista resulte aburrida, insulsa y kilométrica. Bloem en cambio muestra la dosis exacta que eleva la intensidad hasta el clímax sonoro sin resultar excesivo.

No es frecuente encontrar en un disco de black metal atmosférico la sensación que Fluisteraars construye con pasmosa fluidez. A pesar de la intensidad inherente a un disco de metal extremo, no transmite una sensación negativa. Muy al contrario los riffs, las delicadas melodías y la policromía de su extensa instrumentación crean una sensación luminosa. Nostálgica, cierto, pero también exhuberante, emocionante y cautivadora.

 

Categorías: - - - - - -