Historia del Zamrock
Cuando Zambia le cantó al mundo
INTRODUCCIÓN
Suele decirse que la historia la escriben los vencedores. Una frase muy acertada especialmente en tiempos de guerra. Habría que añadir, no obstante, que además los vencedores suelen ser señores blanco cisgénero. Existen eventos, periodos, lugares y personajes muy importantes históricamente, que han sido silenciados en el relato de la historia conjunta de la humanidad por el simple hecho de haber sucedido, o existido, más allá de nuestra burbuja occidental.
No pretendemos aquí desfacer un entuerto histórico cultural que data de hace siglos, pero sí apuntar nuestro humilde foco sobre unos años apasionantes en los que la música eclosionó con una pasión y creatividad inusitada, en paralelo a lo que sucedía en los Estados Unidos y en Europa. Pero primero algo de contexto histórico y geográfico.
CONTEXTO
Zambia es un país situado en la región centro-sur de África. Comenzó a ser visitada por los portugueses durante el siglo XVIII y alrededor de 1890 se inició un periodo de colonización que culminaría en 1911 con la creación, por parte del Reino Unido, de las colonias Rodesia del Norte y Rodesia del Sur, en los territorios de las actuales Zambia y Zimbabue.
Posteriormente se intentaría una unión de ambos países que, favorecido por los intereses de los colonos blancos de Rodesia del Sur, provocó una crisis que acabaría con la independencia de Zambia el 24 de octubre de 1964.
Kenneth Kaunda fue elegido primer presidente de Zambia. Había sido un activista prominente en años anteriores, liderando el movimiento político por la independencia y los derechos de la población negra, realizó campañas de desobediencia civil y fue encarcelado en al menos dos ocasiones. Perteneció el ANC (Northern Rhodesian African National Congress) y posteriormente lideró el partido con el que ganaría las elecciones, el ZANC (Zambian African National Congress).
Desarrollando una suerte de socialismo africano, inspirado en las políticas económicas de la URSS, Kaunda acometió diversas reformas, entre las que destacan el control de las empresas extranjeras y el desarrollo de una educación gratuita que llegara a la mayor parte de la población.
AUGE Y CAÍDA
En el ámbito cultural, Kaunda favoreció el desarrollo de las artes. Gran amante de la música y siendo él mismo guitarrista, determinó que el 90% de la música emitida por las radios del país debía ser de origen zambiano. En un momento de crecimiento económico, en el que la juventud podía permitirse adquirir un instrumento y tener el tiempo libre necesario para desarrollar sus obras, hubo una eclosión nacional que comenzó a generar una gran cantidad de bandas.
Una de las figuras claves de este periodo fue Edward Khuzwayo, el productor musical más influyente del momento, que durante los siguientes años permitió a decenas de bandas grabar sus discos. Con una juventud deseosa de expresarse, para que su cultura y su mensaje se escuchara en todo el mundo, aquella ola de pasión creativa daría lugar al Zamrock.
Lamentablemente, fue tan exitoso como fugaz y a finales de la década comenzó a decaer empujado por una concatenación de eventos trágicos. Zambia había pasado anteriormente por momentos difíciles, en una región de gran inestabilidad política. Sus llamadas a que otros países censuraran a regímenes racistas cercanos, sus desafíos al colonialismo en Angola y Mozambique y su enfrentamiento con los gobiernos de minorías blancas en Namibia, Sudáfrica y Rodesia (su presidente, un colono blanco, mantuvo un régimen de apartheid en el país hasta principios de los años 90), tendría consecuencias para su país. Fue atacado por Rodesia y Sudáfrica (destruyeron el cuartel general de grupo guerrillero marxista-leninista ZAPU (Unión Africana del Pueblo de Zimbabue), que se enfrentaba al gobierno de Rodesia del Sur) y sufrió fuertes represalias económicas que provocaron una década de problemas de abastecimiento de productos básicos.
La década de 1980 tendría un inicio aún más funesto, con una crisis internacional que haría desplomarse el precio del cobre. Esto sería un durísimo golpe para el país, que de la mano de Kaunda, había nacionalizado del 90% de las empresas extractoras de cobre, representando el 95% de las exportaciones de Zambia.
La crisis económica empobreció al país, permitirse el precio de la entrada a un concierto se hizo más complicado y el negocio de la música se resintió enormemente. Tampoco contribuyó la inestabilidad de los países vecinos, que provocaba frecuentes cortes en el suministro de energía que hacía muy complicado el desarrollo de eventos musicales.
Por eso esto no fuera suficiente, en 1982 el VIH comenzó a azotar Africa, que en su época más dura pudo llegar a infectar al 20% de toda su población. El estilo de vida asociado al rock y el gran impacto que tuvo la enfermedad provocó que muchos de los músicos de la escena contrajeran el virus y un gran número de ellos acabará muriendo. El frondoso edén de talento que supuso la eclosión del Zamrock, quedaba así enterrado bajo el peso de un mundo hostil hacia la felicidad y el desarrollo de la cultura, de la mano de un sistema implacable con aquellos que no ostentan el poder.
ZAMROCK
Sus orígenes musicales los podemos encontrar en los músicos de los 50, en la Provincia del Cinturón de Cobre (Copperbelt Province), como Stephen Tsotsi Kasumali, Jhon Lushi y William Mapulanga, que confluirían con la música que en los años 70 comenzaban a hacer bandas como Black Sabbath, Led Zeppelin, Cream, Deep Purple o Rolling Stones.
Estilos como el blues, funk, rock psicodélico, garage rock, acid rock, folk e incluso hard y rock y heavy metal, combinaban con una identidad africana que dotaba de gran fuerza a su mensaje y su música, desarrollando una arrolladora personalidad en las obras que surgirían durante los siguientes años.
MUSI O TUNYA
Su nombre significa Humo que Truena y es la denominación original de las cataratas Victoria. Es considerada la primera banda de zamrock y su estilo ecléctico es un ejemplo perfecto del género. Su disco Wings of Africa es un auténtico icono.
W.I.T.C.H.
We Intend To Cause Havoc fue la banda de Zamrock más popular de los años 70 y su disco Lazy Bones, de 1975, es considerado el mejor de todo el género. Su cantante Jagari fue uno de los más influyentes. A principios de los años ochenta se alejó de la banda, coincidiendo con una orientación más disco de la música (género que ayudó a desaparecer al zamrock), pero actualmente continúa activo a pesar de tener más de 70 años.
NGOZI FAMILY
Liderada por Paul Ngozi, fue una de las bandas más prolíficas de la época. Al igual que buena parte de los miembros fundadores de W.I.T.C.H., Paul Ngozi falleció a causa del VIH en 1989, con apenas 40 años. Entre sus discos destaca 45,000 volts (1977), que abría la puerta del protometal y las temáticas cercanas al terror que impregnarían a los géneros que desarrollaron las diferentes formas de música oscura y extrema.
AMANAZ
Acrónimo de “Ask Me About Nice Artistes In Zambia”, Amanaz estaban muy inspirados por la música de Jimi Hendrix. A pesar de que publicaron tan sólo un disco, Africa (1975), les bastó para hacerse un hueco en la historia del zamrock.
Otras bandas destacadas son The Blackfoot, The Peace o Salty Dog
ACTUALIDAD
Bien entrado el siglo XXI se produjo un resurgimiento del Zamrock. Internet fue clave para recuperar del olvido la música de muchas bandas, llevándolas a todos los rincones del planeta, de la mano de amantes de la música en Norteamérica y Europa. Adicionalmente, el interés de algunas discográficas como Now Again Records, llevó a la reedición de discos y permitió, incluso, que algunos artistas como Jagari (W.I.T.C.H.) volviera a girar (en 2022 lo hará en Sonicblast 2022). En relación a Jagari y su banda, en 2019 veía la luz el documental We Intend To Cause Havoc, del director checo Gio Arlotta.
La dificultad del contexto histórico y la aparición del contexto histórico hizo desaparecer el rock de Zambia hasta tal punto, que a día de hoy, aunque la industria musical zambiana está creciendo poco a poco, el rock no ha vuelto a resurgir. Hip hop, jazz, gospel y música electrónica copan las ondas radiofónicas y tras una intensa búsqueda, tan sólo Wrecking Tanganyika mantiene viva la llama de la distorsión y los ritmos pesados. Eso sí, con un alto grado de experimentación que esperemos sirva de inspiración a las nuevas generaciones.