Ikarie – Cuerpos en sombra
En tiempos de atomización de las escenas y de multiplicidad de canales de comunicación (entre ellos, este medio), un disco candidato a formar parte de la banda sonora de nuestras vidas podría estar gestándose al otro lado del tabique y pasarnos desapercibido.
Desde el mismo momento en que vimos la portada de Cuerpos en sombra de una banda llamada Ikarie (nueva para nosotras) en el bandcamp de Avantgarde Music (también disponible en el de la propia banda) nos sentimos fuertemente atraídas.
Esta sensación no hacía más que aumentar viendo los títulos en castellano, que prometía un sonido con fuerte influencia de la escena death/doom (..) junto con el post-metal y el sludge de bandas como Cult of Luna o Amenra, que la formación venía de nuestro Levante, que estaba formada por ex-miembros de Nahemah (Pablo Egido a la voz, y Paco Porcel y Daniel Gil como guitarras)… pero ya definitivamente estallaría en alivio, agradecimiento y gozo al comenzar a escucharlo.
Ha pasado algo más de un mes desde su lanzamiento oficial el 24 de septiembre y hemos visto con orgullo ajeno como ha sido recibido con opiniones muy positivas con un buen número de críticas. A nosotros nos ha servido este tiempo para trabajarnos en él, para sentirnos en su escucha, y sufrirlo y aceptarlo en la crudeza de su mensaje. Y es que la formación tiene tanto que decir que desborda sus propios cauces. En lo musical elaboran pasajes variados y de gran valor que otras bandas habrían extendido en duración para sacar un disco de apenas 4 o 5 temas, y aquí acaban dejando siempre ganas de más para poder ofrecer hasta diez.
En la escucha, andábamos buscando momentos a destacar y estos se iban superponiendo unos sobre otros; anotábamos los brillantes cortes instrumentales, para a continuación deleitarnos en el rugir de la voz. Nos abandonábamos al lento y envolvente desarrollo de Está en tu cabeza devenido en desgarro, y, añadiendo dificultad a la decisión, tenía que terminar con una brillante tonada final en guitarra clásica.
¿Había elección ya? No! Estaba la lectura (Camina hasta el final del siglo no hay nada aquí que respirar) rompiendo con estruendo (¡No queda nada!) de Cenizas, y entonces recordábamos el violín y viola en Remedio.
La jaula de tu cuerpo siempre
Era yo
Y me pido perdón
por todo este dolor
que me cosía las manos
y me asfixiaba de lágrimas.
Basta.
Tanto que decir tiene que se plantea ya de inicio como una primera parte de una trilogía enmarcada en un espacio conceptual que denotan como existencialismo cósmico. Esto es la asunción de nuestra libertad y responsabilidad como especie racional y consciente de la insignificante, terrorífica y asombrosa existencia en el universo.
Ni siquiera un grano de arena llevado por el Xaloc es nuestra existencia para la totalidad, pero no por carecer de sentido debemos ser menos conscientes, testigos y partícipes como somos, del horror.
“Cuerpos en sombra” es una leyenda de fantasmas, de aquellos que surgen de las heridas más profundas del alma, instalados en su universo de cicatrices silenciosas y silenciadas, nos dicen. Es un disco, parafraseando, en el que venimos a enterrar con honor a nuestros muertos.
El disco nos habla de quienes murieron en las cunetas a manos de los defensores del capital y la tradición, de las que penan o mueren en sus hogares bajo el sistema de opresión del patriarcado y su ejecutoria en el feminicidio; y también de aquellas que sucumben en suicidio a las exigencias de realización del posconsumismo. Hay una conexión en las historias de todas estas personas caídas, las que son más y menos tienen; las que forman el común, la gente luchadora y resistente, incluso en la rendición y la derrota. .
Pero hay voces que se alzan, que se rebelan y también que recuerdan y enseñan como lo hace este disco. Tanto que decir, que nos guían en bandcamp para que sepamos que hablan del desarraigo y la migración forzada, como ejemplo, en los pueblos sumergidos de España, de la estigmatización e invisibilización del suicidio (con un verso de Alejandra Pizarnik –Afuera hay sol, yo me visto de cenizas-), sobre la falta de perspectiva de género, de la necesidad de la construcción de la memoria histórica, de las personas huérfanas con la madre muerta a manos de su propio padre.
Tanto, que las instrumentales se presentan con letra, con poemas tan duros como el de En el río dedicado a la abuela asesinada de la bajista. En las letras y los poemas del disco nos dice que son: Mi recuerdo y mi testimonio, son mi resistencia; estos discos son mi historia y la de cuatro generaciones. Son nuestro pequeño aporte para la revolución.
Bajo la luna
La sangre brilla
Llégate al rio niña
Lávate bien
Esas heridas
No se enteren
Que no andas viva.
A merced zarandeadas en cada una de las escuchas, hemos tardado en darle forma escrita por si un desliz, una falta de reconocimiento, desmereciese la obra. Ante tal profusión de ideas, nos costaba encontrarle expresión más allá de abrirnos el pecho y proferir gritos en la desesperación pero con ánimo de resistencia (prevaleceremos!). Hemos parado, nos hemos recompuesto, y solo podemos aconsejar: escucha (y lee) Cuerpos en sombra de Ikarie.