La Casa de las Flores

"...de cada crimen nacen balas que os hallarán un día el sitio del corazón".

Planta de La Casa de las Flores.

En el distrito madrileño de Chamberí se alza La Casa de las Flores, un histórico edificio cuyo pasado muchos vecinos desconocen. Construida alrededor de 1931 siguiendo el diseño de uno de los arquitectos más importantes de la época, Secundino Zuazo Ugalde. La construcción financiada por el Banco Hispano Colonial formaba parte del Plan Castro que, desde mediados del siglo XIX, había diseñado un crecimiento urbanístico ordenado.

El edificio pasó a ser uno de los más representativos del modernismo español de los años 30, sirviendo como modelo a los estudiantes de arquitectura hasta los años 50 y 60. Se componía de dos conjuntos paralelos de cinco casas, separadas por un jardín que se estructuraban alrededor de un patio.

Aspecto actual tras ser reconstruida en 1944

En este edificio residieron Severo Ochoa y Pablo Neruda. Rafael Alberti encontró vivienda para el poeta chileno, tras ser éste nombrado cónsul en Madrid. Durante su estancia en España vivió los que hasta entonces habían sido los años más felices de su vida. Desarrolló una profunda amistad con Federico García Lorca y mantuvo un estrecho contacto con los poetas de la Generación del 27, cuya relación fue muy influyente en su obra posterior.

Tras el golpe de estado del general fascista Franco, la defensa de Madrid situó el frente de batalla muy cerca de La Casa de las Flores. Uno de sus laterales fue utilizado como cuartel republicano, mientras el otro se convertía en cárcel y almacén. El edificio fue bombardeado sufriendo importantes daños.

Daños sufridos durante la guerra

No deja de ser otro capítulo de nuestra historia silenciado por una Transición que impuso un ominoso olvido sobre nuestro pasado reciente. Ahora, estos retazos que forman parte de la traición más cruenta que la democracia de nuestro país ha sufrido, son desconocidos para muchos de los ciudadanos que viven cerca de sus localizaciones.

No obstante la memoria digna, como hiedra resiliente, es capaz de cobijarse entre las grietas del relato de los vencedores, verde y fértil para aquellos cuya mirada busque en los recovecos.

Pablo Neruda recordaría aquel lugar y el horror provocado por la guerra en su poema “Explico algunas cosas”.

 

 

 

 

“Preguntaréis: ¿Y dónde están las lilas?
¿Y la metafísica cubierta de amapolas?
¿Y la lluvia que a menudo golpeaba
sus palabras llenándolas
de agujeros y pájaros?

 Os voy a contar todo lo que me pasa.

Yo vivía en un barrio
de Madrid, con campanas,
con relojes, con árboles.

Desde allí se veía
el rostro seco de Castilla
como un océano de cuero.
Mi casa era llamada
la casa de las flores, porque por todas partes
estallaban geranios: era
una bella casa
con perros y chiquillos.
Raúl, ¿te acuerdas?
¿Te acuerdas, Rafael?
Federico, ¿te acuerdas
debajo de la tierra,
te acuerdas de mi casa con balcones en donde
la luz de junio ahogaba flores en tu boca?
¡Hermano, hermano!
Todo
eran grandes voces, sal de mercaderías,
aglomeraciones de pan palpitante,
mercados de mi barrio de Argüelles con su estatua
como un tintero pálido entre las merluzas:
el aceite llegaba a las cucharas,
un profundo latido
de pies y manos llenaba las calles,
metros, litros, esencia
aguda de la vida,
pescados hacinados,
contextura de techos con sol frío en el cual
la flecha se fatiga,
delirante marfil fino de las patatas,
tomates repetidos hasta el mar.

Y una mañana todo estaba ardiendo
y una mañana las hogueras
salían de la tierra
devorando seres,
y desde entonces fuego,
pólvora desde entonces,
y desde entonces sangre.
Bandidos con aviones y con moros,
bandidos con sortijas y duquesas,
bandidos con frailes negros bendiciendo
venían por el cielo a matar niños,
y por las calles la sangre de los niños
corría simplemente, como sangre de niños.

¡Chacales que el chacal rechazaría,
piedras que el cardo seco mordería escupiendo,
víboras que las víboras odiaran!

¡Frente a vosotros he visto la sangre
de España levantarse
para ahogaros en una sola ola
de orgullo y de cuchillos!

Generales
traidores:
mirad mi casa muerta,
mirad España rota:
pero de cada casa muerta sale metal ardiendo
en vez de flores,
pero de cada hueco de España
sale España,
pero de cada niño muerto sale un fusil con ojos,
pero de cada crimen nacen balas
que os hallarán un día el sitio
del corazón.

Preguntaréis por qué su poesía
no nos habla del sueño, de las hojas,
de los grandes volcanes de su país natal

Venid a ver la sangre por las calles,
venid a ver
la sangre por las calles,
¡venid a ver la sangre
por las calles!”

Fuentes:

https://www.rutasconhistoria.es/loc/la-casa-de-las-flores

https://www.urbipedia.org/hoja/Casa_de_las_Flores

https://es.wikipedia.org/wiki/Casa_de_las_Flores_(Madrid)

https://patrimonioypaisaje.madrid.es/portales/monumenta/es/Monumentos-y-Edificios-Singulares/Edificios-singulares/Casa-de-las-Flores/?vgnextfmt=default&vgnextoid=e818f7d9560a4510f7d9560a45102e085a0aRCRD&vgnextchannel=83bc3cb702aa4510VgnVCM1000008a4a900aRCRD

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