Castrator – Defiled in Oblivion

Emasculando, que es gerundio

Hace 7 años un espasmo nervioso recorrió las entrañas de la masculinidad frágil que puebla una parte de la escena del metal extremo. Aquellos varones que durante tantos años habían disfrutado de la sencilla e inocente lírica de la violación y el desmembramiento, escuchaban incrédulos a un grupo de mujeres berreando acerca del honor, el feminismo y la emasculación.

El metal extremo, cuya vía de expresión a menudo utiliza el escándalo, la violencia simulada y el mal gusto, ha hecho uso de estas herramientas desde un ángulo de 180 grados, apuntando siempre hace los mismos colectivos. Cuando una forma de expresión tan extrema cae en la misma asignación de roles imperante en la sociedad, su mensaje deja de ser tan inocente.

No queremos insinuar, aclaremos esto antes, que escuchar death metal empuje a nadie a torturar a una mujer. Pero el hecho de que la violencia ficticia siempre tenga como victimario al hombre y como víctima a la mujer contribuye a la perpetuación de unos roles que son excluyentes por naturaleza.

Alerta ofendiditos: sí, sabemos que también otros hombres pueden ser desmembrados en una canción de death metal, hablamos de una generalidad en la que la mujer nunca aparecía como victimario, sino como víctima.

Castrator emergió como una grata sorpresa, marcando una diferencia formal más que interesante. Por una vez, era la mujer quien llevaba la capucha y el hombre quien era separado violentamente de su virilidad. No victim, aquel visionario EP, encuentra hoy su continuación con Defiled in Oblivion. El cuarteto afincado en Nueva York, despliega un estilo enraizado en el clasicismo de los años 80 y 90. No pierde el tiempo en el laboratorio sonoro y nos ofrece death metal que nos es familiar en su estilo, con una producción que alcanza el punto justo de suciedad, una voz versátil y una tormenta inagotable de riffs.

Dawa of Yousafzai” da comienzo a este viaje de forma contundente. La voz que abre el tema pertenece a Malala Yousafzai, una activista pakistaní que en 2012, con apenas 15 años, sobrevivió a un intento de asesinato. Un hombre subió a al autobús en el que se encontraba, la llamó por su nombre y disparó tres veces sobre ella. Una de las balas atravesó su cráneo y a punto estuvo de acabar con su vida, pero Malala sobrevivió y hoy continúa su labor feminista e igualitaria alrededor del mundo.

A partir de este momento, el único pensamiento que se dibuja en la mente es la destrucción del patriarcado por medio de los métodos más violentos imaginables. La música aviva esta sensación a través de un estilo denso, visceral y salvaje, que se ha comparado con bandas como Deicide, Morbid Angel, Suffocation o Hate Eternal. El gran abanico de influencias que sugiere en el oyente habla de la pureza de la propuesta y el clasicismo del sonido. La inagotable tormenta de riffs, la voz salvaje y cavernosa, una producción exquisita y la misandria inmisericorde, ofrecerán un viaje intenso e impactante que formará a sus pies una gran marea de sangre y lágrimas de macho.

“They thought that the bullet would silence us, but they failed…Weakness, fear, and hopelessness died. Strength, power, and courage was born”.

 

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