Code Orange – Underneath
Música que duele.
Una de las primeras cosas que sucede cuando se publica un nuevo disco es la inmediata comparación con trabajos anteriores. Esto puede tener sentido en bandas que practican el mismo estilo sin pretender añadir cambios en su fórmula, pero en general suele ser bastante injusto, porque ignora la evolución natural que conlleva la composición. Este juicio suele darse manteniendo como referencia únicamente el estilo musical del trabajo o trabajos anteriores, pero un análisis debe tener en cuenta tantos factores que no puede realizarse a un solo nivel.
Underneath, cuarto trabajo de Code Orange, es un ejemplo perfecto de evolución musical. Se percibe con claridad que continúan en la misma senda desde el primer momento, manteniendo su estilo. La mezcla de géneros y la asombrosa capacidad para crear texturas que representan el miedo y la ansiedad sigue intacta desde su debut. No obstante, ha logrado profundizar y potenciar estas características, con lo que su identidad cada vez es más reconocible y única.
Metalcore, grunge, hardcore, beatdown o sludge son solo algunas de las influencias musicales que tienen cabida en el sonido del quinteto. Pero esta variedad estilística no es simplemente una mezcla pasada por una trituradora para crear una mezcla homogénea. Uno de los puntos fuertes de Code Orange es su imprevisibilidad, que mantiene en vilo la atención del oyente porque es imposible prever qué va a suceder a continuación. Los breakdown, cambios de ritmo e incluso de estilo no siguen un patrón predecible, sino que aparecen sin previo aviso fruto de una arbitrariedad puramente creativa, salvaje e incontenible. Esta espontaneidad no es sinónimo de caos, ya que Underneath fluye y se desarrolla con absoluta coherencia, mostrando un sentido de la transición excepcional.
La variedad vocal sin duda es un gran punto de apoyo para ofrecer dicha coherencia. El trabajo de Jami Morgan es titánico, alcanzado gran variedad de registros y una expresividad liberada de toda contención. Las tres voces adicionales aportan una versatilidad fundamental para mostrar diferentes atmósferas a lo largo de todo el disco. Así temas como “Cold.Metal.Place”, “Last Ones Left” o “Back Inside the Glass” son pura energía y agresividad, mientras “Sulfur Surrounding”, “Autumn and Carbine” o “Silver” muestran un estilo mucho más melódico, en los que la voz de Reba Meyers se muestra suave pero con una gran carga de oscuridad emocional.
Por qué estos cambios tan drásticos funcionan tiene que ver con la sólida matriz que contiene el núcleo compositivo de Code Orange. Ante todo, predomina la intención de comunicar con una absoluta crudeza y emoción descarnada. Ya sea que ejecuten un breakdown a toda potencia, nos sometan a abruptos cambios de ritmo y estilo, incorporen una voz gutural desgarrada y violenta o nos presenten un pasaje más propio del grunge noventero, ante todo queda la sensación de estar escuchando música arrancada directamente de las entrañas. “Queremos hacer música que duela” declararon en una ocasión. Y así es como mejor se define su estilo. Provoca una incomodidad constante que, al mismo tiempo, genera una suerte de dependencia que te obliga a continuar observando la magnificencia del abismo.