Imperial triumphant – Alphaville
Retrato de Nueva York entre lo grotesco y lo mítico
Imperial triumphant es sin dudas una de las bandas más vanguardistas de la escena del metal extremo actual. Cuando debutaron con Abominamentvm en 2012 nada hacía presagiar que pudieran convertirse en el impresionante titán musical que es hoy en día.
En 2015 Abyssal gods incorporaba algunos elementos neoclásicos que lo alejaban del black metal de escuela francesa que practicaban en sus inicios, pero no fue hasta que la incorporación de Kenny Grohowski y Steve Blanco cuando se produjo la transformación que alumbraría Vile luxury. Con un espíritu entre el noir y el futurismo, comenzaron a practicar un blackened death metal imbuido de una esencia de jazz urbano, que reflejaba las dos caras de la sociedad neoyorquina a la que pertenecen.
Habiendo dejado una honda impresión en propios y extraños, se anunciaba su fichaje por Century Media. No deja de ser un paso lógico para muchas bandas con éxito pasar a formar parte de un sello discográfico más grande. Para aquellas que han conquistado al público, puede conllevar el riesgo de perder autenticidad inicial al quedar diluidas en la urdimbre estilística que cada sello posee. Afortunadamente, Alphaville ha llegado para echar abajo las posibles reticencias, demostrando que el concepto artístico que reside tras Imperial triumphant es sólido y auténtico.
Volvemos a encontrar una fórmula de blackened death y avantgarde con un gran componente de jazz. En la composición de los temas se mezcla el barroquismo orquestal de elaborada factura con una improvisación fresca y salvaje, en las que ambos extremos se yuxtaponen y combinan en un éxtasis continuo que te deja sin aliento. Desde que “Rotten futures” abra las puertas de Alphaville, nos arrastra un vendaval salvaje y majestuoso, con una voz gutural monstruosa, unas guitarras desquiciadas y una batería que combina un trabajo imposible a los pedales y una lustrosa extravagancia de platillos.
Los ritmos atonales y el aparente caos musical ofrecen una visión claustrofóbica y grotesca, que funciona como la representación perfecta de esas dos almas de Nueva York. La de los grandes focos y los musicales de Brooklyn, elegante y luminosa, frente al reverso oscuro de los callejones húmedos, la pobreza y los excesos de una sociedad hedonista e hipematerialista. La exquisita extravagancia se ornamenta con multitud de elementos que difieren en función de la pista y lo que ésta transmite. Un saxofón muy jazzístico, coros similares a los ya escuchados en Vile luxury, fragmentos de pura psicodelia, cuartetos vocales e incluso una percusión taiko completan la estructura enorme y excesiva de este álbum.
Todas estas herramientas se ponen al servicio de la atmósfera. En ocasiones creeremos quedar cegados por la contaminación lumínica que llamea en las grandes avenidas al caer la noche, en otras parecerá que atravesamos callejones donde el vapor que emerge del sistema de alcantarillado se mezcla con el turbio ruido que emana de la puerta trasera de un local de mala muerte. Llegaremos incluso a sentir la tensión que magistralmente se plasmó en Eyes wide shut y sus inquietantes orgías celebradas en mansiones aisladas.
El concepto tan sólido y la claridad de ideas a la hora de plasmarlo musicalmente, nos hace pensar duda asistimos a la consolidación de un referente de las vanguardias en el metal, alrededor del cual pueden comenzar a orbitar una pléyade de nuevas bandas que sigan el camino que el trío está abriendo. Imperial triumphant sabe qué quiere transmitir y cómo hacerlo y Alphaville nace con hechuras de clásico contemporáneo. Parece que la visión dicotómica de su ciudad natal tiene aún muchos capítulos grotescos por escribir. Tantos como sueños y pesadillas se entremezclan entre el mito y la realidad de La Gran Manzana.