Perpetual Night – Aconitum

Savia nueva, fórmula clásica

Conocimos a Perpetual Night en el lejano y aséptico año prepandémico de 2018. Tuvimos ocasión de escribir acerca de su gran debut en larga duración Anâtman y asistir a su puesta de largo en directo. Aquel melodeath de corte sueco y algunas referencias a otras escuelas, como la finesa, nos impresionó por su factura y solvencia.

Cuatro años después, los granadinos han sacado a la luz su segundo álbum, Aconitum, tras algún cambio importante y una nueva dirección creativa. César, su vocalista y guitarrista, era sustituido por la voz de Leo González y la guitarra de Javier Rodríguez, haciendo evidente no sólo un mero cambio de nombres, sino un enfoque diferente que, sin salir del death melódico, traía consigo novedades importantes.

Convendría concretar que, más que una ruptura estilística, Aconitum supone una expansión del universo de Anâtman. El aspecto compositivo se ve enriquecido por una exuberancia musical que alcanza rincones anteriormente en penumbra. Un manejo más versátil y variado de teclado y arreglos, junto con una intención más elaborada, contribuye a crear una identidad más progresiva, acercándose a bandas como Insomnium o Amorphis.

Hierbas Amargas” es, sin lugar a dudas, el elefante que desborda la habitación. El conmovedor homenaje Federico García Lorca, partiendo de su obra Bodas de Sangre, es una adaptación exquisita y elegante. La forma de mezclar metal y flamenco es un auténtico tratado maestro de coherencia y pulcritud que erizó nuestra piel y, sobre todo, nuestra mente. Pero no queremos centrarnos demasiado en una única pista, ya que correríamos el riesgo de restar importancia al resto del álbum.

Aconitum” pone las bases de un estilo que juega con sabiduría entre la melancolía y la agresividad. Se hace evidente que Perpetual Night quiere nuestros oídos afilados y despiertos, por lo que son habituales cambios de ritmo, secciones melódicas y diferentes teclados que aportan solemnidad y cierta tracendencia. Con alguna sorpresa de por medio, como el delicioso saxo que puede escucharse al final de “Star Hunters” o el viaje hacia el doom de “Dry Land”, con la voz de Josep Brunet (Helevorn), vamos completando etapas de un viaje cautivador y emocionante.

Nos encontraremos en lugares de pura nostalgia, con la vista puesta en tiempos en los que el death melódico poblaba las listas musicales alrededor del planeta, pero también contemplaremos nuevas formas de desarrollar un subgénero necesitado de sangre fresca. En este reverdecer, Perpetual Night se erige como un pilar importante, demostrando que cualquier género es actual si se ejecuta con pasión, energía y talento.

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