Venom Prison – Primeval

Reformulando el veneno.

En tan sólo un lustro, Venom Prison ha construido una trayectoria ascendente que a muchas bandas lleva más de una década lograr, si acaso lo hacen. En 2015 debutaban con dos EPs, Defy The Tyrant y The Primal Chaos, que ya tuvieron buena acogida, sembrando el terreno para lo que vendría después. Animus en 2016 y Samsara en 2019 han constituido una consolidación de su sonido, que en muy poco tiempo a evolucionado hasta alcanzar cotas altísimas de madurez y solvencia sonora. Su death metal de tintes modernos, con virajes hacia el grindcore y el hardcore, contiene una energía revitalizadora y estilísticamente refrescante.

Primeval recupera los dos primeros trabajos, en una regrabación que muestra la maduración de su estilo al tiempo que se enmarca en una producción más pulida que embellece la mezcla. A decir verdad, tanto Defy The Tyrant como The Primal Chaos son obras bastante más que decentes, que necesitan poca modificación para estar a la altura de sus nuevos trabajos. En realidad Primeval adquiere mayor relevancia e interés, observado como un pequeño experimento. Es obvio que la tecnología influye en el resultado final de un disco musical, siendo bastante apreciable en  el sonido de cualquier banda que cuente con varios lanzamientos a sus espaldas.

No obstante, más allá de factores exógenos, resulta interesante observar el proceso de cambio y crecimiento personal y artístico. La manera en que nos pensamos a nosotros mismos y al mundo, la forma de percibirlo e interpretarlo varía, siquiera mínimamente, a medida que se desarrolla nuestro proceso natural de maduración biológica y mental. Venom Prison atestigua esta evolución por partida doble. Advirtiendo los sutiles matices que convierten Primeval en una reinterpretación de sí mismos. Una replicación de su yo pretérito que nunca podrá ser exactamente igual, una vez pasado por el filtro del tiempo transcurrido entre ambos presentes.

Aunque a priori parecía imposible, este relanzamiento es más agresivo y violento, con un sonido más compacto, pulido y directo. Larissa Stupar continúa su crecimiento vocal mientras su figura adquiere dimensiones gargantuescas, cincelado a golpe de gutural un lugar como referente del metal extremo.

Como colofón a esta revisión del pasado de la banda, asistimos a un final intenso con dos pistas inéditas. “Defiant of the Will of God” y “Slayer of Holofernes” culminan una etapa, al tiempo que colocan la primera piedra de un prometedor futuro.  En él se vislumbra todo un espectro de posibles rasgos evolutivos, como la inclusión de alguna voz limpia aislada o estribillos más orientados hacia el death melódico, que resulta intrigante y excitante.

Por ahora Venom Prison es un representante sólido del death metal mod erno, potente y con un trasfondo político y social que sin lugar a dudas ayudará construir una nueva realidad en el horizonte que ya se advierte en el metal extremo.

 

 

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