Dawn Treader
Catarsis antifascista
Ross Connell es la mente detrás del proyecto musical llamado Dawn Treader. El autor londinense ha ido desvelando sus trabajos con cuentagotas, en forma de ep, singles o splits. Resulta difícil escribir un artículo enfocado sólo sobre uno de ellos, por lo que trataremos acerca de todos ellos. La progresión que ha mostrado su sonido favorece esta aproximación, que nos permitirá valorar toda su obra en una misma línea temporal, imaginando a qué lugares puede dirigirse en un futuro próximo.
En 2019 salía a la luz Anthropocene, una obra ubicada en el shoegaze y el post rock. Profundamente reflexiva , su estilo desnudo y delicado ofrece una experiencia ambivalente, una travesía que puede llevarnos hacia el significado de su propio título, por caminos diferentes. Por un lado su hermosas guitarras y su cadencia pausada conforman un marco sonoro que conjuga a la perfección con la visión de un planeta lleno de enigmas y maravillas naturales. Por otro lado, en cambio, nos inunda una melancolía inabarcable. Los punteos de guitarra inducen a un trance introspectivo, rematados por los ocasionales samples de voz.
El antropoceno, medido en una escala cósmica, es apenas un parpadeo de tiempo y una fracción minúscula de él, es nuestra propia existencia. Vivimos, con la brevedad del suspiro para poder disfrutar, de manera consciente, de un amanecer rojizo, de una melodía, un sabor o una caricia. La otra cara de esa moneda desvela los horrores, nuestros propios demonios, con una crueldad tan descarnada como sólo la razón puede generar. Este viaje de emociones, que fluye pausada pero intensamente, concluye dejando una sensación más colorida que oscura. La belleza, al fin y al cabo, contiene una gran carga de melancolía.
The Burial of the Dead continúa la andadura en una correlación musical extraña. Por una parte mantiene la capacidad de entremezclar una cierta languidez con una actitud positiva, pero lo hace de manera diferente. Partiendo desde el post rock que Anthropocene había legado, se expande hacia territorios del black gaze, post black e incluso el atmospheric black metal. Las guitarras se cargan de electricidad y la batería explota en oleadas de blast beats que se alternan con pasajes introspectivos de delicada belleza. Destacan las elegantes y fluidas transiciones, que nos trasladarán con suavidad de una vertiente a otra, agitando las pulsaciones y ofreciéndonos una quietud reparadora sin ser apenas consciente de ello.
Spiritual Warfare con tan sólo dos temas, supone otra paso más en la evolución de Dawn Treader. Su título propone un concepto poliédrico, abierto a diversas interpretaciones. Todas ellas contienen, no obstante, la necesidad de una lucha interior junto a un cierto desasosiego respecto al exterior. Su primera pista, nombre homónimo, es más contundente que en trabajos previos, aunque conserva la emocionalidad que reside en su trasfondo. “Misanthropocene” en cambio, resulta mucho más ambiental, acercándose incluso a una suerte de trip hop contemplativo.
“Through the Teeth of the Machine”, aportación al EP lanzado en Abril junto con Hapless Wretch, continúa la misma senda. En este caso no entremezcla pasajes sino que evoluciona in crescendo desde el post rock hasta un black metal atmosférico y agresivo, pasando por una transición más progresiva que se acerca al post metal.
Hasta la fecha de hoy, la discografía de Dawn Treader puede afrontarse como una sola obra, compuesta por actos que, escuchados de una sola vez, mantiene la misma coherencia, si no superior, que un álbum de una duración media-alta.
La experiencia es completa y enriquecedora, oscilando entre la austeridad y la exhuberancia, la esperanza y la melancolía o la voluntad y la rabia. Tras las composiciones, minuciosas, intensas y emocionales reside, o eso al menos me ha hecho sentir, un poso de humanismo herido pero esperanzado y de ecologismo doliente pero perseverante. Por encima de todo ello, Dawn Treader ofrece un refugio sonoro en el que el gozo y los horrores de nuestra existencia, como individuos y como especie, se entremezclan adquiriendo un sentido que actúa como un bálsamo temporal ante el disolvente espiritual de nuestra crónica angustia existencial.