Déhà & Marla Van Horn – Earth and Her Decay

Oda otoñal

La autoría del álbum que hoy nos ocupa, Earth and Her Decay es compartida a partes iguales entre Marla Van Horn y Déhà. Por un lado la compositora brasileña es inquieta y ecléctica. En sus obras explora un estilo con fronteras difusas, abarcando desde el metal gótico al dark ambient o noise, con una gran veta experimental. Déhà, por su parte, es un multiinstrumentista inagotablemente prolífico, formando parte de alrededor de 20 bandas o proyectos musicales diferentes. Sólo bajo su propio nombre, Déhà, ha publicado la friolera de 25 álbumes desde 2018.

Earth and Her Decay es un himno consagrado a la naturaleza. Un poema largo y oscuro que trata sobre el ciclo de la vida, sus gozos y sufrimientos, sus floraciones y amputaciones y la inabarcable fascinación que esta dualidad nos produce, en tanto que víctimas y beneficiarios de sus luces y sombras. Esta visión dicotómica tiene su reflejo en un estilo que plasmado mediante un constante claroscuro sonoro. Vehiculado a través de un post doom metal melancólico y cadencioso, extiende sus raíces musicales hacia extremos tan aparentemente contrarios como el dark ambient, el folk y el metal extremo.

Las voces claras de Marla suenan etéreas y oníricas, acompañadas por las de Déhà, graves y serenas. Cuando ambas dominan el tempo, la música comienza a emanar una sutil volatilidad, que se muestra ligera en su oscuridad. Los teclados exhiben notas infinitas, las guitarras arrastran las melodías y la batería enmarca, con gran contención, toda una arquitectura melancólica.

Han de pasar 15 minutos hasta que el estilo se recrudece, orientándose hacia el sol negro del doom más abisal durante unos instantes, antes de regresar a la sedosa textura de lo fúnebre. Predominan, en esta elegía a la naturaleza, los ecos otoñales. “Purification Ritual” es etérea pero palpable, como la niebla al despuntar el alba; “Dust and Rain” rugosa y pesada como la tierra húmeda; “Black Blood” desnuda y palpitante como una maraña de árboles caducos. Todo se impregna del declive que empapa el final del verano. Un ocaso que no apaga el pulso de la vida, sino que lo mantiene latente para preservarlo del largo invierno. Allá, a lo lejos, se advierte una floración que aparece aún imposible.

En su tiniebla, este álbum guarda una épica luminosa, un tallo verde e inmaculado que conserva la memoria de la primavera incluso en los parajes más hostiles. Entre el estruendo de los elementos y el plácido crepitar de las hogueras, llegamos al final de nuestro viaje. “Dead Leaves” emerge como epílogo exultante de vida y promesas, que se desprende de todo rastro de sombra para ofrecernos una visión de la primavera estallando en una tormenta cromática. Las flores se abren con voluptuosa violencia y el estremecimiento que nos ha seguido durante todo el álbum, se transforma en una caricia sanadora. Earth and Her Decay es un óleo vivo que esconde una llama entre sus tinieblas, un rastro primaveral que nos reconforta frente al frío.

 

 

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