In the Company of Serpents – Lux
Divergente y variado tratado musical sobre la luz y la vida.
Tras cambiar de batería dejando las baquetas en manos de J.P. Darmon e incorporar a Ben Pitts como tercer miembro de la formación, Grant Netzorg e In the Company of Serpents parecen haber pasado un punto de inflexión previo a la presentación de su nuevo álbum. Lux supone una evolución musical sustancial respecto a sus predecesores, incorporando a su vez un denso trasfondo en el que se mezclan el esoterismo, la filosofía y la alquimia.
Como su nombre sugiere el eje central es la luz (la propia portada del disco es una reinterpretación del arcano XIX del tarot El Sol), a modo de Prima Materia de la que emana todo cuanto se manifiesta en el universo.
En oposición al cliché que presupone que un disco de metal está asociado a una temática oscura, Lux afirma que la luz es el único camino. Literal y figuradamente es el origen de nuestra vida y sólo en su búsqueda hallaremos una posibilidad de construir una existencia larga y próspera, alejada del sufrimiento y la enfermedad.
Acompañando este concepto el estilo de ItCoS se ha refinado e intrincado hasta alcanzar una combinación que, a pesar de algunas transiciones abruptas, ha sido engarzado con sorprendente coherencia. En “The fool´s journey” o “Lightchild” encontramos exponentes más canónicos de sludge y doom con un matiz stoner, en los que la voz de Netzorg se muestra potente y áspera con algunos ecos a Neurosis. Ambas pistas son una clara muestra de que la banda hace un uso extensivo de toda clase de riffs que impregnan las composiciones de un claro componente melódico, aun cuando no es un trabajo en el que abunde la melodía de guitarra propiamente dicha.
En “Scales of Maat” advertimos aproximaciones al doom, con descensos en el ritmo, riffs que arrastran las notas y unos guturales más cavernosos y pausados. “The chasm at the mouth of the all” comienza con un arpegio acompañando la voz de Netzorg que adpota un timbre muy grave, a medio camino entre Fernando Ribeiro y Leonard Cohen. Junto con “Prima materia“, ambas se muestran mucho más heterogéneas e incluyen pasajes de dessert rock, metal gótico o incluso folk y neofolk. Éste último género está representado en los dos interesantes interludios “Daybreak” y “Nightfall”, en los que Paul Primus interpreta deliciosamente una melodía a la viola d´amore poniendo un punto emotivo.
Si algo puede achacarse a Lux es la sensación de dispersión plástica que transmite en ciertos momentos, no obstante, esta misma inestabilidad hace que nuestra atención no se desvíe ni un segundo de las idas y venidas estilistas que nos llevan incluso a pasajes influenciados por el spaghetti western.
Sin lugar a dudas hay que alabar el inconformismo creativo de In the company of serpents, que ha forjado una obra genuina, con una personalidad muy marcada y que, sin recurrir a unas estructuras muy complejas, esconde un trasfondo profundo e interesante que invita a redescubrir sus mensajes en cada nueva escucha.