Infernus presence – Natural unconcern
Misterioso, críptico y atmosférico
Vivimos una época cuyo motor es el frenetismo. El estilo de vida contemporáneo considera al reloj su enemigo íntimo, siempre al acecho devorando la vida. Los hábitos de consumo también se han visto afectados por esta visión por este desasosiego crónico, siguiendo un patrón de inmediatez que también afecta a la música.
Un disco que va camino de cumplir un año de existencia no es considerado una novedad hoy en día, y más aún si en ese periodo de tiempo ha supuesto un cambio de año en el calendario. Desde nuestro clandestino ateneo no podemos modificar esta carrera desquiciada, pero si tenemos la capacidad para detenernos durante unos minutos y alejarnos del febril frenesí.
El motivo por el que ahora me dispongo a hacerlo se llama Infernus Presence. Se trata de una “one man band”, etiqueta que últimamente abunda en el black metal, procedente de Rusia. Tras escucharlo por primera vez me llamó poderosamente la atención la poca repercusión que ha tenido su primer lanzamiento Natural Unconcern, tanto en redes como en medios especializados.
Ya en los primeros segundos de reproducción, aun sin saber lo que vamos a encontrarnos, se hace patente que su alma mater Dmitriy Shumilin sabe lo que hace teclado en mano. Una melodía muy ambiental, que sorprende por su sonido más enigmático que oscuro, evoluciona incorporando sonidos hasta desembocar en un black metal atmosférico, pausado y rico en matices. No sería descabellado aplicar la denominación de blackened doom a una fórmula que prescinde de muchos de los elementos del black en favor de la construcción de texturas muy vívidas.
El mencionado teclado adquiere un gran protagonismo, relegando a la guitarra a la categoría de comparsa. La carencia de melodías “memorables” y riffs llamativos es suplida con creces por la atmósfera. Ésta se aproxima a veces al black metal synth, como en “The flesh of my epigones” y “Natural Unconcern”, mientras en otras ocasiones parece adentrarse en parajes cósmicos, muy al estilo de Lustre o Astwind en su espléndido Sigilo nocturno.
No quiere decir esto que la guitarra en su tarea rítmica sea un elemento deslucido, ya que cumple con solvencia, dejando espacio para alguna que otra variación en forma de punteo.
Coronando la música, la voz de Dmitriy es un gutural ahogado que parece haber sido recogida de una señal de radio procedente de un universo lejano. Su profunda distorsión y si cadencia lánguida, que recuerda a los pasajes más pausados de Progenie Terrestre Pura, unido al hecho de que las canciones poseen un título en inglés, provoca que sea muy fácil pasar por alto que realmente está utilizando el idioma ruso.
En una valoración final, Infernus Presence muestra un concepto un tanto críptico. El hermoso diseño de la portada, el nombre de la banda y de las canciones, la sensación tan diferente que dejan sus distintos estilos de teclado resultan algo equívocos. No sabemos si está aludiendo a conceptos cósmicos, sobrenaturales u ocultistas.
Por otra parte puede que ésta sea una de las mejores virtudes de este álbum. El arte no siempre es creado para ser comprendido, sino experimentado. Natural Unconcern, en su existencia jeroglífica, no plantea preguntas, sino una invitación a sumergirnos en un óleo musical vasto y enigmático.