Mesarthim – The degenerate era

Atraídos hacia el misterio

Mesarthim, “la primera estrella de Aries” en sánscrito, es la cuarta más brillante de la constelación de Aries. Se trata de una estrella binaria compuesta por y1 Arietis e y2 Arietis que se halla a unos 204 años luz del sistema solar. Ésta es la estrella que, desde 2015, da nombre al dúo australiano de atmospheric black metal Mesarthim. Una evidente temática space metal, tiene estilísticamente cierta controversia por el uso de algunos elementos extraídos directamente de la música electrónica. Concretamente el trance.

Bajo mi punto de vista no deja de ser una influencia, aunque reconocible, bastante diluida entre el black metal, lo atmosférico y un cierto componente sinfónico. No obstante se trata de una de esas propuestas que no provoca indiferencia y tiene a proyectar en el oyente una sensación de aceptación completa o de total rechazo. Su quinto lanzamiento The degenerate era, que mantiene el asombroso promedio de un disco anual, ha vuelto a provocar la misma expectación y debate que sus predecesores.

En esta ocasión nos transporta hacia Laniakea (del hawaiano “cielo inconmensurable”), un supercúmulo que alberga alrededor de 100.000 galaxias, entre las que se encuentra la Vía Láctea. Sus diez mil billones de estrellas y su extensión de 160 megapársecs (520 millones de años luz) supone casi el 4% del universo observable. Todo ello, as su vez, se desplaza en el espacio atraído por una anomalía gravitatoria llamada El Gran Atractor.

Laniakea – Part 1. The Great Attractor; Part 2. The zone of avoidance; Part 3. Dark energy”, es una trilogía en sí misma, compuesta por tres pistas enlazadas. Se encuentran diferenciadas claramente por un espacio de al menos un segundo, aunque se han decidido mostrar como parte de un continuo.

Durante este trayecto que supera los 14 minutos encontramos un atmospheric black metal que comparte ciertas características con bandas como Lustre o Violet cold. Con los primeros tiene en común unos teclados brillantes y coloridos, que contrastan con el carácter naturalmente oscuro del black metal. Con los segundos tiene en común el toque electrónico que adorna las composiciones. A este respecto no parece que el componente derivado de la música trance sea tan evidente ni influya tanto como para desvirtuar la raíz de su sonido. Funciona como acompañamiento, bien ubicado junto los teclados más sinfónicos sin que ninguno de ellos robe protagonismo al otro. Tan sólo en ciertos momentos se muestra más claramente, en fragmentos que funcionan casi como cierre de un tema o como transición in crescendo que pareciera destinadas a cambiar el estilo hacia lo electrónico, pero que siempre regresa al punto de partida.

Es la forma de combinar el black metal con elementos sinfónicos y electrónicos la que otorga a Mesarthim una identidad propia y marcada. Siempre muy equilibrado y con un manejo de los tiempos muy acertado, resulta fácil de escuchar y variado. Su versatilidad no radica únicamente en la variedad de ritmos, sino en las emociones que transmite, muy diferentes incluso en una misma pista. Puede plasmar la agresividad y hostilidad de un espacio plagado de eventos cósmicos cuya fuerza y dimensión supera nuestra reducida escala de medición planetaria, pero también emana una cierta cualidad sinestésica, plasmando musicalmente parajes coloridos como vastas nebulosas o sistemas solares y los multicromáticos cuerpos celestes que albergan.

The degenerate era es ante todo una obra evocadora, capaz de dibujar en la mente imágenes de un universo que nos es lejano, extraño y fascinante. Sus cambios de ritmo, luminosas melodías y reverberantes gritos nos sirven para traducir a un código familiar la naturaleza de un universo que supera ampliamente nuestro finito e inquieto intelecto.

 

 

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