Entrevista a Silvia Blackened
El trabajo de la artista plástica Silvia Blackened nos retrotrae a un imaginario proveniente de la oscuridad más absoluta. Desde las húmedas tierras gallegas, nos introduce en las profundidades de sus bosques y su folklore, utilizando una técnica propia y personal y bajo una mirada construida a base de películas de terror y cultura popular. Hablamos con ella sobre éstas y otras cuestiones.
ATENEO OCULTO: Desde Ateneo Oculto queremos agradecerte tu presencia en nuestra web, ya que somos seguidores de tu trabajo desde hace tiempo. Como muestra, en esta entrevista a American Ghost, nuestro entrevistador, Spaulding, lleva una camiseta diseñada por ti:
SILVIA BLACKENED: Muchas gracias a vosotros, siempre me hace ilusión ver mis diseños e ilustraciones en gente real jeje.
AO: Háblanos un poco de tus orígenes, ¿cómo y cuándo empezaste a interesarte por el arte?, ¿qué importancia crees que tiene/ha tenido para ti la formación artística?
SB: Desde pequeña siempre he tenido interés en el arte, desde la música hasta la ilustración. De pequeña hasta la adolescencia fui a clases de pintura, piano y solfeo y escribía también. Siempre estaba haciendo cosas e inventando historietas. Después de unos años de diseñadora en prensa y realizando trabajos no artísticos decidí que esto era lo que quería hacer, ganase o no dinero y fue allá por el 2013.
Retomé mi vida creativa a los 31 años y empecé a acudir a clases de dibujo y pintura, ya que por muy autodidacta que seas se necesitan unos conocimientos y una guía. Para mi fue un salto cualitativo importante y no hubiera alcanzado la técnica y estilo sin esa formación artística.
AO: Tradicionalmente, la ilustración se diferenciaba del arte, principalmente por tener una aplicación, completar un producto u objeto determinado. Hoy en día, con el uso de las redes sociales, podemos acceder al trabajo de muchas personas que se dedican a la ilustración, pero que emplean gran parte de su tiempo a proyectos personales que carecen de ese objetivo funcional, por lo que la línea entre arte e ilustración es más difusa de lo que estábamos acostumbrados. No te vamos a pedir que entres en el complicado debate de qué es arte y qué no lo es, pero ¿cómo te defines, ilustradora o artista?
SB: Es una pregunta compleja pero diría que artista, ya que elaboro piezas en diferentes soportes no convencionales y que van más allá de esa funcionalidad.
Además a través de un colectivo que fundé con otras artistas, Häxan, llevamos a cabo performances que aunaban música, teatro, poesía… desgraciadamente este tipo de eventos se suspendieron este año por el Covid19.
AO: Creemos que tu trabajo tiene un estilo muy marcado y personal, que se mantiene a lo largo del tiempo pero que mejora como el buen vino. Percibimos tu evolución a través de los años y la mejora en la técnica, pero sigue manteniendo tu esencia. Algunos artistas cambian de estilo o temática a medida que se desarrollan, sufriendo una evolución muy radical que en ocasiones dificulta el reconocimiento de autoría de sus obras, y otros, como creemos es tu caso, sois capaces de encontrar un motivo conceptual o estilístico, podríamos llamarlo vital, que también evoluciona, pero de una manera más serena, con más matices. Puntualizamos que nos parece que las dos opciones son simplemente maneras de ser y la calidad del arte no puede ser juzgada por ello. ¿Te ves reflejada en esta afirmación?
SB: Muchas gracias por vuestras palabras y apreciar mi trabajo. Creo que cada artista es un mundo, y sí hay artistas en las artes plásticas, música, cine, literatura, etc. cuyas obras gozan de gran heterogeneidad. En mi caso fue un concepto, o estilo, del cual parte mi obra y desarrollo dentro de ese estilo. Blanco y negro, soportes como la madera, naturaleza inhóspita, ausencia de figuras humanas, ruinas… Para mi es importante ser fiel a mi estilo, pese a evolucionar en cuanto a técnica, y ofrecer mi visión personal. Si mañana empezase a pintar como Frida Kahlo, por ejemplo, no podría reconocerme.
AO: Utilizas diferentes soportes y técnicas, desde el dotwork sobre papel a pintura sobre madera o incluso sobre figuras de escayola. Entendemos que cada una de estas técnicas te ofrecen posibilidades distintas que se adaptan a tu comodidad, intereses y necesidades en cada momento, pero ¿qué es lo que sientes cuando pintas o dibujas, independientemente del tipo de objeto en que se materialice?, ¿qué es lo que te hace seguir haciéndolo día a día, año?
SB: A menudo me preguntan esto jejeje Suelo tener dos tipos de “procesos” creativos: el primero, inspirado en una canción o imágenes de cine o fotografías y me pongo a trabajar con esa idea clara; el segundo, me siento a trabajar sin ideas previas y comienzo a esbozar y a pintar por “intuición”, y suele ser el método que ha dado las obras que más me han gustado. Me gusta contar historias, que lo que haga evoque una historia no escrita y pese a lo extenso de mi obra no hay dos cuadros iguales. Me gusta pintar, dibujar y expresarme y me sorprende que la gente muestre interés y conecte con mi obra. Venda o no seguiré haciendo esto. Muchos creen que vivo en una cueva escuchando black metal todo el día pero lo que hago es en la cocina mientras veo series como Colombo, Alienígenas ancestrales, Crímenes imperfectos…
AO: Una de las cosas que a simple vista llaman más la atención de tu trabajo es el uso de platos de madera como soporte para tus pinturas, lo que nos remite directamente al plato en el que se sirve el pulpo á feira. Reconocemos tener predilección por este tipo de obras, en las que muchas veces representas paisajes. El formato redondo da la sensación de ser un ventanuco, una mirilla para espiar a la naturaleza inalterable, solitaria, que sigue su curso cuando nadie está presente. ¿Por qué razón comenzaste a usar este soporte y qué beneficios te proporciona?
SB: Me alegra leer que lo que ves como la “mirilla” porque la idea de usarlos fue un poco esa. Cuando comencé las clases de arte me vi con un presupuesto muy limitado, en comparación con compañeros que traían sets de pinturas y lienzos caros, amén de los pinceles. Me di cuenta que solo necesitaría dos colores y fue en una tienda tipo los chinos cuando vi los platos y fue casi una revelación. Me llevé un par a casa para probar y el resto es historia. Me encanta el veteado que tiene y las imperfecciones de la madera, la rugosidad. Alguna vez pinto en formato rectangular y no me inspira tanto.
AO: La cultura gallega está muy presente en tu trabajo, en el que podemos observar bosques, dólmenes, casas de piedra o la Santa Compaña. Opinamos que Galicia es infinita en materia prima para el arte y que su cultura es perfectamente adaptable a nuevas maneras de hacer y lenguajes artísticos modernos. Creemos que tu obra es un perfecto ejemplo de ello. También en el entorno musical están apareciendo bandas como Moura, que reivindican esa identidad propia y oscura, combinándola con sonidos que no son los propios de Galicia, pero que crean así un producto artístico nuevo. En tu caso ¿utilizas esta influencia como una reivindicación de tu entorno o es más bien una tendencia natural a la hora de trabajar?
SB: Es un poco una mezcla de ambos. Desde hace años vivimos en una sociedad ultraconsumista, con modas efímeras y vacías y la respuesta es casi reivindicativa per se: con obras hechas con sentimiento, con valores, historia, personales y originales. También rompe con el estereotipo de que se tiene de Galicia de comer hasta reventar, irse a la playa y poco más, imagen impulsada desde las administraciones y que ha provocado la sobreexplotación pesquera de nuestra costa, y el desastre paisajístico con las viviendas. La reivindicación es casi necesaria.
AO: En la, todavía modesta, hemeroteca de Ateneo Oculto, contamos con un artículo sobre el Parque do Pasatempo de Betanzos, lugar único por su encanto y peculiaridad. Por tu parte, das a conocer al mundo a través de tus redes sociales muchos lugares mágicos de tu entorno. ¿Cuál es para ti el más especial, el que nos recomendarías visitar?
SB: Acabo de ver el artículo y está muy bien, muy completo. Es un parque en el que estuve dos veces hace años y su estado era ya lamentable. Es una vergüenza la falta de respeto y formación por parte de las administraciones a nuestro patrimonio.
Tengo muchos lugares favoritos, pero si tengo que escoger uno diría el cementerio olvidado de Fisterra, el que está de camino al faro. Un estilo brutalista en el medio del monte.
AO: Tu trabajo tiene buena acogida en otras partes del mundo. ¿Qué te parece que les llama la atención sobre él?
SB: Pues a veces me lo pregunto yo jejeje. Creo que lo que atrae es que es algo hecho a mano y diferente, aunque cada vez más me piden de España.
AO: Es innegable que te gusta la música y la estética black metal. ¿Qué supone la música en tu obra y cuáles son tus bandas favoritas?
SB: Mi obra se basa más en música, literatura y cine que en otras referencias estéticas o de estilo por lo que es muy importante. Escucho grupos de los 70, 80 y 90, de metal extremo, punk, pop, tecno… Hay muchos grupos para nombrar, pero ahora se me ocurren Turbonegro, Sisters of Mercy, High on Fire, Darkthrone, Kraftwerk, Bathory… Depende del día
AO: También se intuye en tu trabajo debilidad por el cine de terror, ¿es así?
SB: Por supuesto! El terror en blanco y negro fue una guía a la hora de empezar a pintar en blanco y negro exclusivamente. Creo que la fotografía y cine hasta los 60 tiene una esencia única.
Me inclino por el terror hasta los 90, lo que se hace hoy en día en ese género no lo controlo muy bien salvo lo que hace Rob Zombie y poco más. Me gustan Carpenter, Fulci, Hooper, Romero, Raimi, Cronenberg… pero también me gusta el cine clásico, de época dorada de Hollywood.
Mi madre es una auténtica cinéfila, cuando era pequeña veíamos las películas juntas y era todo cine de Bette Davis, los Barrymore, Hitchcock, John Ford, Capra, etc. Mientras mis amigas habían visto Jurassic Park yo solo sabía de La Soga o El hombre que sabía demasiado. Vi por primera vez Jurassic Park hace dos semanas jajaja y me estoy poniendo al día.
AO: Además, haces diseños de pósters de conciertos, álbumes o incluso etiquetas de cerveza. Debe ser todo un placer poder aplicar lo que te gusta hacer a productos que tú misma consumirías. Si pudieses elegir un proyecto soñado para hacer un diseño o ilustración, ¿cuál sería?
SB: Mmmmmmm hace tiempo se me metió en la cabeza diseñar lápidas, pero se me ocurre también packaging para café o licor café.
AO: Cuantas más personas te conozcan en redes sociales, más gente comprará tus obras y eso te permitirá dedicar más tiempo a hacer lo que te gusta. Es algo que damos por hecho, pero a veces, el proceso se invierte y lo que te gusta hacer se convierte en un trabajo que sirve para mantener las redes sociales activas. ¿Cuál es tu caso? ¿Disfrutas compartiendo tu trabajo y consigues un equilibrio o se vuelve una relación de dependencia?
SB: Ese ha sido un problema en el pasado y tuve que aprender a gestionar el tiempo a trompicones. A veces me veía agobiada porque ese día no tenía nada que compartir y te dicen lo de que tienes que mantener el algoritmo y tal pero tuve que poner un tope. No se muestra todo el trabajo, hay cosas que son experimentales y me preguntaba por qué lo estaba compartiendo si no me convencía. Me veía con un estrés añadido, pensando en la gente y en una carrera sinsentido. Me di cuenta que estaba afectando a mi trabajo y equilibrio y solo comparto cuando me gusta y tengo algo que decir.
Decirles a artistas que todos los días tienen que compartir o hacer cosas por hacer es muy dañino, si tomáramos a pintores clásicos y les sometiéramos a ese proceso habría que ver los resultados.
AO: Para terminar, aunque el mundo parece estar parado, miremos al futuro: ¿qué planes o deseos tienes?
SB: Mis deseos son seguir haciendo lo que hago y ver a donde me lleva este camino.
AO: Silvia, ha sido un placer. Seguiremos observando tu magnífico trabajo de cerca
SB: Muchísimas gracias a vosotros y mucha suerte!!
Desde Ateneo Oculto os animamos a conocer el trabajo de Silvia Blackened en su perfil de Instagram y a adquirirlo en Etsy.